Salmos 84.1-4.
En el salmo 84 se concreta todo aquel fervor religioso que sentía el israelita piadoso del período de la monarquía hacia la casa de Dios en Jerusalén, una de las características salientes de la nación hebrea en este período. El salmo comienza con una expresión profunda del alma humana. El autor pone claramente de manifiesto su gozo y felicidad al llegar al Templo, que representa la presencia y la bendición de Dios. ¡Todo el ser del salmista alaba al Señor! El autor de este Salmos sería uno de los descendientes de Coré, quienes actuaron en los servicios del templo, cuya identidad particular se desconoce. La fecha de cuándo este salmo se escribió posiblemente fue después de la época de David, por cuanto parece que el templo aún existía.
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Este salmo es una oración que expresa anhelo profundo por estar en la casa de Dios y sentir su presencia. Es probable que el autor hubiera servido como portero en el templo (v. 10), pero ahora se encuentra lejos del santuario (v. 2). Tiene envidia de los pajaritos que tienen acceso libre al Templo y sus altares, el lugar donde Israel puede disfrutar de la comunión con Dios. Habla de la bendición de habitar allá. Las referencias a alma, corazón y carne son maneras figuradas de enfatizar la plenitud del gozo. El deseo más importante del poeta es estar en la Casa de Dios, ¡aunque sea solo los «atrios» (v. 2) o la entrada!
Las imágenes del gorrión y la golondrina pueden relacionarse muy bien con la idea de protección divina que se transmite con la famosa frase «debajo de tus alas estarás seguro» (Salmos 91:4).
En otro Salmo, el gorrión es empleado para retratar una escena de soledad total: «velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado» (Salmos 102:7). Y cualquiera que ha observado a una golondrina sabe lo inquieta que es esta pequeña criatura, subiendo y bajando, girando a todos lados en las corrientes del aire. Ambas son descripciones buenas del pueblo de Dios que pasa por el desierto de esta vida; solitario e inquieto. El único lugar donde halla descanso y seguridad para sí y para su familia es ante los altares de Jehová. Y fundamentado en ese concepto de protección y seguridad divina, el salmista afirma y celebra la dicha y bienaventuranza de habitar en la Casa de Dios. ¡La gente protegida y segura ababa al Señor de forma permanente y perpetua!
Las referencias a Dios al comenzar el salmo son importantes. En primer lugar se alude al Señor de los ejércitos, que es una manera de subrayar el poder divino contra las amenazas y peligros nacionales. Además, se canta al Dios vivo, que destaca la capacidad divina de intervenir en medio de las realidades humanas. Finalmente el salmista alude al Señor como «Rey mío y Dios mío» (v. 4), que le añade a la oración la autoridad real y el poder del monarca, a la vez que revela cercanía e intimidad. El Dios poderoso que tiene su morada en el Templo, es Rey que triunfa en las batallas y Señor que se acerca a los adoradores para escuchar sus clamores.
El tema que se destaca en este salmo es muy importante para los creyentes en la actualidad. La iglesia es la morada de Dios y templo del Espíritu divino. En este sentido el ministerio de la iglesia cristiana debe servir de albergue y protección a la comunidad. En este sentido la gran virtud de la iglesia no está en su estructura física sino en la comunidad que la compone, pues ese grupo representa la presencia divina en medio de las vivencias del pueblo. El símbolo de seguridad lo brinda la presencia del cristo resucitado entre los creyentes, que transmite salvación, seguridad, liberación, sanidad, fortaleza y esperanza.